Fragmentario sobre gráfica, Selección de escritos sobre Demián Flores, 1994-2000

Varios autores | Catálogo de Match Dual Presence | 2006

Fernando Gálvez de Aguinaga
(De la exposición Palimpsesto, 1994)

Cuando Demián Flores se para frente a la plancha de trabajo no se propone un fin exacto, las formas se le aparecen al artista en pleno proceso creativo, encuentra formas dentro de las formas; en este estilo de trabajo le permite a la imagen tener un eco, la creación se acerca al trabajo arqueológico en un palimpsesto, se abre la muñeca rusa de la imaginación lineal.

Dominando como siempre un fuerte estilo de corte expresionista, Demián enlaza a esa idiosincrasia indígena que rige todos sus principios con base en la dualidad del universo. Uno de los aspectos interesantes de su gráfica es el compositivo, pues se plantea una diversidad de soluciones espaciales que denotan pleno dominio del artista sobre su trabajo.



José de Santiago Silva
(De la exposición Palimpsesto, 1994)

Demián Flores a fuerza de trabajar en torno a los valores de su identidad local, ha conseguido expresar la raíz universal del hombre y su pertenencia esencial a la tierra. Aunque domina tanto el aguafuerte como la punta seca y la xilografía, ha escogido esta última para explorar grandes formatos donde la contundencia visual es resultado de aprovechar las características naturales de la madera y el ser atacada la plancha con técnicas de esgrafiado e incisión muy espontáneas, que por su rapidez de ejecución nos refieren a características muy expresivas del dibujo gestual.2



J. Jesús Martínez A.
(De la exposición Línea que se muerde la cola, 1994)

En relación con su obra gráfica, Demián la está realizando con una alta definición de contenidos tanto formales como conceptuales; sus formas, inconfundiblemente, van creando ese poderoso sello que todos los artistas de su tierra poseen: una expresión fuerte, rotunda y decidida, efectuada sin titubeos y dominando claramente el oficio de grabador.3



Francisco Castro Leñero
(De la exposición Vida y Muerte, 1995)

Demián Flores recoge tradiciones escuchadas en el seno familiar, pero no para transmitirlas de manera tradicional, por el contrario, conciente de la importancia de la individualidad en cuanto artista, busca sus propias visiones para interpretarlas, sabe que si bien el abrevadero puede ser común, los modos de expresarlo pueden ser distintos. Sus imágenes construidas a partir de un discurso formal heredado del nuevo impulso figurativo de los 80’s, establecen relaciones que van más allá de los temas escogidos, incorporándose a las búsquedas contemporáneas del arte, historias a partir del mito, en continua búsqueda formal innovadora.



Dionisio Morales
(De la exposición Vida y Muerte, 1996)

En una de las series apreciamos que sus rejuegos diarios se han convertido en obsesiones fundamentales en la búsqueda de un abanico abierto de proposiciones cuya metamorfosis de cincelar una sola placa para derivar rostros, gestos y composiciones disímbolas, afirman su resuelta seducción en la lucha por romper o transgredir hermosa y sutilmente, unas formas para inventar otras.

En el trazo de Demián Flores Cortés, hay toda una gama de disertaciones anímicas que van de lo diablesco a lo sombrío, de la burla al misterio, de la alegoría al dolor, posibilidades logradas gracias a la magia de la luz y la sombra, felizmente apareadas.



Roberto Vallarino: Las identidades múltiples de Demián Flores ( artículo peridístico ), 1997

Existe en la producción gráfica de Demián Flores Cortés la posibilidad de las interpretaciones múltiples. Esto significa que tras el manchón de tinta que cubre el cuerpo de un ser humano, o animal, o vegetal, está latente la posibilidad de que demos rienda suelta a nuestra imaginación y lleguemos a imaginar las identidades que nos vengan a la mente de una manera natural...pienso después de observar sus dibujos una y otra vez, una de las finalidades del arte es crear ese misterio mediante el cual el mundo dado nos ofrece diversas y múltiples – cuando no infinitas – posibilides de ser interpretado.

Dentro de todas estas observaciones que realizo frente a los dibujos de Demián Flores, probablemente lo más interesante es que en este trabajo como joven artista, logra acceder al ámbito de lo novedoso sin pretenderlo.



Jorge Alberto Manrique
(Del libro Mentiras de Demián Flores, 1996)

Los grabados de Demián Flores son un ensayarse a pleno blanco y negro o en el camafeo sin tinta de la madera sujeta al tórculo.

Y ahí sus cuerpos de hombres no se sabe bien si inconclusos o mutilados, la tensión de la madera herida por la gubia inclemente, la sutileza escondida de la veta a flor de plancha. Así como una palabra, en un texto mentiroso, puede tener diversos papeles y juzgarse como una cosa y su contrario, en las xilografías de Demián las formas – que adquieren calidad de elementos sígnicos- se reacomodan, se invierten, se dicen y se contradicen. Un juego en donde lo erótico, tenso, a veces casi dramático es y no es, donde la oposición como definitiva del negro entintado sobre el papel blanco se pone en duda al entremezclarse con las sutiles vetas y los apenas perceptibles camafeos.



Germaine Gómez Haro: La poética glífica de Demián Flores ( artículo peridístico ), 1999

En su obra gráfica como en sus pinturas, Demián se resiste a otorgar concesiones: cercano en la tesitura de su voz a los expresionistas alemanes, en un lenguaje estridente y mordaz, este joven artista se expresa en líneas gruesas y dinámicas, con las que violenta la placa o el lienzo si es necesario, escarabajea trazos laberínticos y los oculta y devela entre capas de pintura superpuestas, acumulando en un mismo espacio, rastros y huellas de presencias espectrales que resultan altamente misteriosas y perturbadoras.

El arte de Demián Flores es, ante todo, la expresión de un artista tenaz y obstinado que se ha propuesto a toda costa seguir el llamado de sus demonios interiores, a contracorriente de las modas pasajeras y exigencias del mercado.



Carlos Blas-Galindo
(De la exposición Cambio de Piel, 2000)

En Arena México coexisten las referencias a aquello que de vigente tienen asuntos que proceden del México antiguo, las citas de comics y varias otras manifestaciones de la cultura de masas global , así como las representaciones de aspectos relacionados al espectáculo de la lucha libre ( que corresponden a dos ámbitos locales: tanto al de la cultura popular urbana como al de la cultura de masas ).

Una característica sumamente destacable de la obra actual de Flores Cortés es su convergencia estilística con la producción de artistas tercermundistas que desarrollan sus trayectorias entre sus países de origen y las capitales internacionales de la cultura occidental...Tal característica es una evidencia de que este artista está respondiendo a los requerimientos del espíritu de nuestra época.



Jaime Moreno Villarreal
(De la exposición Oaxaca Land of Art, 2000)

El cultivo de la superficie como labor de la memoria alcanza en la obra de Demián Flores un espesor de contrariedad: en una pugna contra la pérdida que puede oprimir a quien, como él, se ocupa de ahondar en sus orígenes oaxaqueños al tiempo que desarrolla su actividad en la ciudad de México.

En su serie dedicada a la lucha libre... la máscara del luchador encumbra su búsqueda casi ontológica sobre lo que hay detrás de los restos, los vestigios, las fracciones de la memoria. En el pancracio, los cuerpos sufren de pesantez o experimentan ingravidez; las imágenes de lo sublime encuentran solución de continuidad en las de la abyección, traduciendo así en un teatro de posturas la condición humana. La profundidad de las superficies en la obra de este artista virtuoso de los planos está dada por la herida.



José Manuel Springer
(De la exposición Arena Oaxaca, 2000)

El tratamiento de la lucha libre en el arte ha llegado a formar un subgénero de las artes, que se encuentra a la par del retrato, el desnudo o el bodegón. Demián Flores es de los técnicos más depurados en esto de la expresión de una forma de vida enmarcada por el cuadrilátero.

Sin alterar su significado o incurrir en la paráfrasis irónica, sus grabados convierten la lucha en derroche de formas plásticas.



Ricardo Pohlenz
(De la exposición Arena Oaxaca, 2000)

La lucha es un ofrecimiento, una dádiva; el simulacro de un órden anterior, de fuerzas elementales, titánicas, en cuyo ordenamiento, momento y elección hacen de lo poético su instancia.

El arte de Demián, al igual que el de Satie, nos ofrece la reminiscencia de lo antiguo, en el engrecado de los cuerpos, la exaltación de una moral de lo físico. Los luchadores que traza Demián en la placa con punta seca, tienen, como la evolución melódica de las Gymonopédias, una intuición de lo físico dada desde los elementos que hacen lo moderno.12



Antonio Espinoza
(Artículo periodístico de la exposición Arena México, 2000)

En modo alguno puede considerarse a Demián Flores como un artista gráfico tradicional. No digo esto por las distintas técnicas que maneja, sino por los múltiples recursos que emplea para subvertir y, al mismo tiempo, enriquecer dichas técnicas. Los grabados que actualmente exhibe podrían servir de ejemplo de cómo se deben utilizar adecuadamente los materiales extragráficos. Sus serigrafías sobre carteles de lucha y sus xilografías sobre papel estraza no nos hablan de un autor que quiere ponerse a la moda y etiquetarse de posvanguardista, sino más bien de un creador cuyas necesidades de expresión no pueden ser contenidas por los formatos tradicionales.



Fernando Solana Olivares
(De la exposición Resistencia Florida, 1997)

En la obra gráfica de Demián Flores hay un lenguaje expresivo que aspira a conseguir otro equilibrio estético entre el pasado y el presente, otra mirada donde las sombras ancestrales, las figuras arcaicas y las iconografías de su origen vuelven a ser interpretadas, sometidas a un pulso cuya voluntad formal es semejante a una tela de araña que modifica su geometría y así transforma la consecuencia de aquello que captura: los ingredientes son los mismos –la materia de la trampa, la presa que cae en ella, la cazadora que construye el artificio-, pero la mudanza creativa -la originalidad del artista, esa araña que reinterpreta- permite que el pasado que se tiende otra vez se transforme en un presente gráfico de significados no existentes hasta entonces. 14