Gráfica que navega entre dos mundos

El Universal | 09 Apr 2007

Durante la última década, el artista plástico Demián Flores Cortés ha desarrollado una investigación para demostrar que la gráfica "es la esencia del arte y el tiempo contemporáneos".
Sus piezas abordan las posibilidades de la placa en la obra gráfica, como matriz única y sus variantes de impresión, aunque también trabaja con el video y hace intervenciones que apuntan a las posibilidades de alteridad de la disciplina en cuestión.

En su más reciente exposición, Múltiple, que se inaugurará el 11 de abril en la Galería de la Casa de Francia, donde permanecerá hasta el 26 de mayo, el artista hace una inflexión conceptual irónica entre el juego del beisbol, la lucha y defensa de la identidad nacional y la política.

En esta muestra se exhiben por primera vez en México las piezas realizadas por Demián Flores durante su residencia en París en la Cité Internationale des Arts en 2002; así como la producción durante su estancia en el London Print Studio en el 2004, con la curaduría de Olga Margarita Dávila.

Flores Cortés es "juchilango", ya que nació en Juchitán, Oaxaca, en 1971, pero creció en la ciudad de México, en donde realizó la licenciatura en artes visuales. Su trabajo se ha expuesto de manera individual en México, Estados Unidos, Colombia, Cuba, Brasil, Francia, Holanda, Inglaterra y Alemania.

De manera colectiva ha participado en más de 50 exposiciones. El año pasado recibió la beca Pollock-Krasner Foundation. Su trabajo se encuentra en más de 10 colecciones públicas y en numerosas colecciones privadas.

Entre los jóvenes artistas oaxaqueños, Demián Flores ha destacado por la elaboración de un discurso transdisciplinario poco común en la plástica de esa región.

Su rigor como dibujante ha quedado patente en su trabajo a lo largo de toda su trayectoria. Por varios años se desempeñó casi exclusivamente en los terrenos de la gráfica, hasta que, poco a poco, traspasó la frontera y se aventuró de lleno en la pintura.

Su exposición Sedimento(1999) reunió por primera vez su creación pictórica, la cual fue bien recibida por la crítica especializada.

En el año 2000, el artista desarrolló una serie dedicada a la lucha libre que presentó en el Museo de la Ciudad de México y en el Instituto de Artes Gráficas y la galería Quetzalli en Oaxaca. Ahí inició su indagación del deporte como generador de identidades y reflejo de la sociedad.

Sin embargo, el tema central que Flores Cortés ha desarrollado desde sus inicios es el mestizaje cultural que ha ido transformando a las comunidades oaxaqueñas -especialmente la suya, el Istmo- en esta era global. Su trabajo, ha dicho, "es el resultado de una reflexión de lo que me ha tocado vivir pues crecí entre dos polos opuestos: hablo zapoteco pero también veo MTV. He navegado entre dos mundos, y ese mestizaje está presente en toda mi obra".